lunes, marzo 24, 2014

El Derecho a la Información

Si bien es cierto, hoy disponemos de miles (quizás cientos de miles) de medios de comunicación a través de Internet, tanto los tradicionales unidireccionales, otros más grupales o multidireccionales, y las plataformas de comunicación como redes sociales y servicios de intercambio de información de toda clase, aún la protección a los derechos de esta ciudadanía virtual es muy débil y suele ceder ante principios de interés público, o defensa de valores a los que se les atribuye mayor peso que a la libertad individual, como lo son los religiosos, morales y patrióticos. Esto se agrava por una débil defensa de esta Libertad en la legislación, que da como resultado frecuentes censuras.

Hoy Turquía sufre censura y bloqueo de páginas y plataformas de comunicaciones privadas. Aduciendo que se trata de reformas legales necesarias para la incorporación de Turquía a la Comunidad Europea (no sin cuestionamientos), se han aprobado normas que por muchas razones restringen el acceso a la información en Internet. Estas normas autorizan al ente regulador local a suspender el acceso a páginas web, aún sin orden de un juez, y obligan a los Proveedores de Internet a guardar información privada de sus usuarios de forma indiscriminada y hasta por dos años.

Algunos de los motivos tienen fuerte base normativa, como la protección ante la violación de derechos de propiedad intelectual, crímenes relacionados con terrorismo, prácticas desleales de comercio, abuso de menores (sobre todo con fines pornográficos), aunque abarca otras que aunque tienen contenido normativo, son una peligrosa puerta para los fanatismos (religiosos o patrióticos, que son muy similares) como la defensa ante ofensas al líder fundador de la Turquía Moderna, Atatürk.

En este camino de censura se ha bloqueado a YouTube por ofender a Atatürk, bloqueo a Blogger por razones de presuntas violaciones a derechos de propiedad intelectual aducidos por compañías privadas, bloqueo de la página del divulgador científico Richard Dawkins, promovido por autoridades religiosas, por contradecir los principios del Creacionismo (que sostiene que el origen del Universo es el que se encuentra relatado en textos religiosos, y que responde a una autoría divina bajo un plan de la misma índole) y ser fuente de ofensas de blasfemia.

La última medida hace pocos días fue la de bloquear totalmente el acceso a la red de micromensajes Twitter. El mismo Primer Ministro Erdoğan ha defendido el evento, y ha anunciado, en el mejor estilo de los caudillos de nuestra América Latina, que no le importa “…lo que diga la Comunidad Internacional. Todos serán testigos del poder de la República Turca.”

Dejando de lado el necesario diálogo sobre el uso y valor de motivos religosos o patrióticos para la toma de decisiones en un Estado Moderno, la realidad es que la Libertad de Información sufre gravemente.

Carecer de un cuerpo normativo adecuado para proteger la Libertad de Información y en general los Derechos Digitales, pone en alto riesgo el ejercicio de esta Ciudadanía Digital de la que todos somos ya parte.

Ya ha sido entregada de forma gratuita una gran parte de nuestra información al ser parte, igual gratuitamente, de las redes sociales. Una enorme cantidad de información es trasladada a entes públicos (y hasta a espías privados) bajo motivos de presunta protección a la seguridad. El acceso a la información sigue siendo muy escaso, e iniciativas como la de Gobierno Abierto, para mejorar el flujo de comunicación desde el Estado hacia los verdaderos dueños de la información, sean los ciudadanos,  caminan muy lentamente, a pesar del apoyo de ciudadanos organizados.


La Defensa del Derecho a la Información y los Derechos Digitales debe ser un estandarte de primer orden en el ejercicio de la Ciudadanía Digital. Los enemigos de la Libertad son los mismos de siempre, y las razones y estrategias son las mismas de siempre. Cambia el lugar donde ejercen sus campañas de limitación del desarrollo y del progreso humano, eso es todo. Debemos poder trasladar las garantías existentes a esa ciudadanía y ampliarlas para sacar el mejor provecho de los avances tecnológicos.