martes, julio 07, 2015

Los datos impiden dar la espalda.

Una razón por la que abogo por los #datosabiertos es por el poder que tienen para dificultar darle la espalda a realidades de la vida que desconocemos, o que queremos ignorar.

Visibilizar realidades es el primer paso para cuestionarlas, diálogo del que debe surgir como conclusión una acción.

Me gustaría mucho poder contar con datos sobre cuántas personas han sido víctimas de maltratos o de discriminación, o  poder saber cuántas personas han sido obligadas a renunciar a los derechos que le otorga la convivencia en pareja, o han sido expulsados de sus casas a causa de su orientación sexual. Cuántas personas han limitado su potencial porque han sido objeto de burlas o humillaciones en el discurso humorístico usual. Cuántas personas, bajo el peso de valores familiares o hasta religiosos que no comparten han debido limitar su vida y viven en soledad o frustración. Aún estamos en deuda con esta población y necesitamos datos abiertos para visibilizar esta realidades que sufren.

Podemos ir aún más allá.

Quisiera datos para poder visibilizar cuántas personas han dejado de hacer actividades porque por edad, enfermedad o un accidente sus capacidades físicas les impiden desplazarse con seguridad por las pocas existentes aceras. Poder saber cuántas personas han dejado de salir de sus casas porque no pueden tomar un autobús a causa de la lentitud con la que se ha aplicado la legislación de accesibilidad en el transporte público. Cuántos metros de este país del que tanto nos enorgullecemos están prohibidos para quienes no poseen la movilidad perfecta. Cuántos procesos por mal estado o inexistencia de aceras se han tramitado en las municipalidades, y qué impacto tienen sanciones de multa a los incumplientes, para poder estudiar si es conveniente ajustarlas a montos que presionen por un mejor cumplimiento de los deberes ciudadanos de con la accesibilidad.

Me encantaría poder disponer de datos acerca del porcentaje de información que es inaccesible para la población con necesidades auditivas o visuales especiales. Saber qué porcentaje de nuestras normas y resoluciones judiciales son incomprensibles para cualquiera sin una formación legal, aunque muchos descansamos cómodamente en el principio de que nadie puede alegar ignorancia de la ley.¿Qué porcentaje de la información pública es inútil porque está guardada en la gaveta del temor del funcionario público del orgullo que alguien que no quiere perder poder?

Esto no debe tratarse solamente como una discusión legal. 
Es una discusión social, de convivencia inclusiva. Es el deber que tenemos de pensar siempre en otras personas no que tienen las mismas capacidades que nosotros o que simplemente no son como nosotros, pero que es nuestro deber hacer más accesible e inclusivo el mundo para todos.

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